La verdadera historia de Súper Mario.

Súper Mario solía protagonizar en su juventud, películas del tono romántico semi-pornográfico. Aquí algunos célebres títulos.

-¿Te metés en el caño y te acaricio la florsita de Fuego?
-La princesa se entrega a Bowser.
-Mario & Luigi get horny
-Dos tortugas, un hongo y tu vieja.
-Dos tortugas, un hongo, tu vieja y los hijos de Bowser
-El Plomero Caliente
-El Plomero Caliente y la Sopapa Grandotota
-Limpiame al caño, Mario.
-Mirá que te hago 1up
-Y cientos de películas más.

(esta última es una película con ese nombre)


Mario se separó a la edad de 16 años, de su primo malvado Wario, alegando que éste lo incitaba al sadomasoquismo y a la venta de órganos de niños en Pakistán. Con el tiempo, las relaciones con él se fueron rompiendo. Tal es así, que hoy día Wario, triste y desolado por la pérdida de su primo, escribió el conmovedor libro "Mi primito y sus caños: Diario de un primo tristecito".

Mario, luego de haber fundido las usinas de UTE cuando se puso a volar como un demente con la cola de mapache y la capita, y haber chocado contra el generador principal, como todo buen plomero, se fumó un caño.

De su estado de psicodelia surgió la frase "It's me, Mario!", proferida a gritos frente a los policías de la metropolitana, que intentaban evitar que se inmolara con una sandia y un cucurucho.

La adicción de Mario a las estrellas le valió la desgracia en muchos ámbitos de su vida. Tom Cruise, el célebre homosexual reprimido de Hollywood, conminó a el desgraciado Mario a formar una agrupación anti-marxista pro-leninista anti-stalinista pseudo-maoista semi-castrista (de Fideo Castro. Sí, no dije FideL, dije FideO).

El objetivo de esa agrupación era poder eliminar las fuerzas de Bowser de la faz de Honguitolandia.

Claro, que no todos estaban contentos con la presencia de Tom Cruise en la tierra de los hongos, así que le mandaron un sobre con el dedo de su amado Ben Affleck, como amenaza para que se vaya. Claro está, Tom Cruise jamás supo darse cuenta que lo enviado no era un dedo, sino un pene de canguro.

Con los años, Mario entendía que su minusvalía moral y física iba en aumento. Se dedicó a podar el césped de sus vecinos con optimismo, siempre repitiendo la frase "Sigamos adelante mientras podamos".